22.10.09

fràgil


Y he aquì, que tengo nada, y de la nada intento hacer mi espacio vacio...

Yo quise regresar al inicio, a la tremante e inesperada primera vez. Al primer instante, el primer momento, la primera vez en que nada se sabe y el ser reacciona sorprendido, emocionado, ilusionado, despierto, sonriente, tendido bajo las espinas del cactus y mirando la oscuridad de mis pàrpados. Y he aquì, que hoy recojo mis herramientas: la vista, el oído, el gusto, el olfato, el tacto, la mente y me despido.
Yo quise volver a la suavidad de mis dedos movièndose como diminutas serpientes apenas rozando la piel y el instante. Yo quise ser eterna y volver al periplo sobre la arena iluminada por el color pardo de la mirada. He aquì que yo quise probar la eternidad colgada del aliento. Y volver de mi espalda el mapa primigenio donde el navio una noche cruzò siempre por primera vez para siempre un momento de siempre y no màs.
He aquì, que yo clamè pidiendo ser dios y èl en su infinita bondad me lo concediò.

letra de mi letra; palabra de mi palabra.

16.10.09

Eco de un episodio èpico

















Llévame contigo
marinero de parchado ojo,
de parchado corazón.

La espuma que en tu nave rompe
dibuja las líneas de tus manos
que no me llaman.

La naturaleza de las sirenas es la curiosidad.
Hoy surca por mis aguas la pomposa nave de un desconocido.

En la cavidad de mi boca
se desenvuelve el deseo de pronunciar su nombre.
Entre los escombros de algún naufragio me escondo.
Las piernas y la voz me faltan
pero las ansias de escuchar su voz
me convierten en gaviota.
Soy un ave, una sirena,
en busca de los vestigios de su naufragio,
anónimo pirata hipnotizador de olas.

Soy de deseo y de pena;
tú, de mar y de nostalgia.
En tu nave habré de esconderme
hasta que la mañana me devele tu futuro

Jessica Payno Bella

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El segundo regalo en la travesìa, vino de manos de una sirena ignorante.
Sirena precisa de sonrisa perfecta.
Gracias.

9.10.09

Pausa

Pausa tentadora mientras termino el Bushido 1.1 con Sirena integrada.




Creo que a este capitàn le dio por volverse a enamorar.
Ahora lo ves por ahì, suspirando y suspirando.
Pero se resiste.
No quiere.
No està listo para volverse a lastimar.
Sî, tiene miedo.
Y se convence de que retirarse en este caso no es huir.
Y levanta su espada.
Y da vuelta atras.
Y se aleja unos pasos.
Y se detiene.
Y se devuelve a mirar.
(tentando a la maldiciòn de la estatua de sal)
Y sonrie al verle en la lejanìa.
Y lleva un brillito en los ojos.
Y se ilumina de nuevo.
Y se siente poderoso.
(como cargando en las manos el fuego del mundo)
Y brinca, y sonrie, y baila, y se siente feliz y va de nuevo hacia allà.
Y se detiene.
Y no puede ser.
Y se regaña.
Y se detiene.
Y se vuelve a ir.
Y vuelve a caminar. Uno, otro paso màs.
Y se vuelve a ir aunque se quiere quedar, aunque se quiere quedar.